Thursday, November 24, 2005

Cuando ya esta todo dicho solo queda caminar, aunque de vez en cuando volvamos la cabeza para mirar a lo lejos la ciudad que queda atrás deshabitada, solo poblada de falsas esperanzas que se instalan en nuestras gargantas o en nuestros dedos para dar una tregua a la soledad y al olvido.
Alguna vez paramos en el camino para reponer fuerzas, para aliviar nuestras piernas agarrotadas de puro pánico. Siempre paramos en la fonda equivocada y comemos manzanas envenenadas. Nuestra marcha se hace más lenta, nos tienta volver a la ciudad a descansar en nuestra casa hasta que recordamos que ya no existe, que cayó con la última palabra, que ya no es habitable ni lo será porque ya esta todo dicho y solo queda caminar.

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